Un aviso para los lectores que viven en Buenos Aires: hay un tesoro cerca de ti. Una colección de cuentos del clásico autor de ciencia ficción Brian Aldiss (Norfolk Inglaterra, 1925), Los superjuguetes duran todo el verano y otras historias del futuro. (Plaza Janes, 2001)
Hay algunos ejemplares en venta en la librería Edipo que esta en Santa Fe al 2691 (entre Anchorena y Ecuador, antes del Disco). ¡Esta a 4 pesos!
Este libro, entre otras cosas, tiene un ensayo de introducción donde Aldiss cuenta su larga –y extraña relacion con Stanley Kubrick que quiso filmar Los superjugetes duran todo el verano pero nunca lo logró (por fin lo hizo Spielberg, con su habitual mediocridad esplendorosa, y la tituló AI: Artificial Inteligence).
El ensayo es un maravilloso testimonio sobre la creatividad, las ideas, la colaboración (lo difícil que es) y un retrato en miniatura del excéntrico –y, francamente, pesado y antipático—Kubrick.
“En aquel tiempo, Kubrick se parecía al Che Guevara , ataviado con botas, uniforme de camuflaje, boina sobre el cabello rizado y barba. Hablamos de cine, de ciencia ficción, y bebimos. Fue una conversación de lo más agradable, que se prolongó durante mucho rato.” (p. 10)
Hay unas reflexiones interesantes sobre la pronosticación del futuro y la ciencia ficción. Aldiss cuenta que, en 1982, en varias conversaciones con Kubrick pensaban en el futuro:
“Stanley estaba convencido de que algún día la inteligencia artificial se impondría y la humanidad quedaría superada. Los humanos no eran muy de fiar, no eran bastante inteligentes. Durante uno de nuestros frecuentes baches creativos, discutimos la posibilidad de que la Unión Soviética se viniera abajo y Occidente enviara tanques robot y androides para salvar lo posible. Era un acontecimiento dramático que estimulaba nuestra imaginación. Eso era en 1982. Vaticinamos que habría un colapso económico en la URSS, pero ¿Cómo ocurriría? ¿Cuáles serían las circunstancias?”
Lo que me interesa de esta cita –aparte de imaginarme a estos dos tipos hablando y imaginándose el futuro—es el hecho de que uno puede estar cierto en ciertas cosas, cuando pronostica, y en otras no. Es obvio esto, pero no tanto.
Kubrick y Aldiss se equivocaron radicalmente en cuanto a los tanques robots pero la pegaron con el derrumbe de la URSS. En 1982 este pronóstico era radical.
Aldiss continúa, especulando qué habría pasado si hubieran filmado esta visión del futuro:
“¿Y si lo hubiéramos llevado a la pantalla en 1982? Nadie lo habría creído. Hasta la ciencia ficción es el arte de lo verosímil. Los críticos habrán dicho: ahí reside la debilidad de la ciencia ficción. Es la vida real la que se apodera del arte de lo increíble, como sucedió a finales de los ochenta, y aún lo hace con la ascensión y expansión de la Unión Europea.”
Aún no lei los cuentos, pero parecen ser extraordinarios. Aparte me encanta la pregunta futuratrónica de la contratapa:
¿Posee la humanidad suficiente inteligencia y capacidad de solidaridad para mantenerse a la altura del imparable progreso de la tecnología?
Excelent Life!
Ver el cuento en inges en este sitio: Super-Toys Last All Summer Long
12.3.06
"Hasta la ciencia ficción es el arte de lo verosímil"
Publicadas por Andrés Hax a la/s 3/12/2006
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1 comentario:
muy buena la nota, pero lo que me pareció genial es el dato sobre la barata de Edipo Libros. Podrá ser una sección futuratrónica, los hallazgos de Hax por las mesas de saldos de las librerías?????
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